YO NO SOY PERFECTO, Y TAMPOCO ME ESFUERZO






Al mejor estilo de acto penitencial católico, Yo confieso que he pecado mucho, de pensamiento, palabra obra y mucha acción. Debo confesar que he matado el romance por conveniencia y por pánico a caer entuzado en el fondo de un pote de helado. Que muchas veces me he dicho que lo he superado, pero si nos emborrachamos un día de estos, no respondo de mis actos, la obligaré a desearme… y luego cuando quiera estar conmigo. La dejaré como ella alguna vez lo hizo

Además tengo un sentido evolucionado para detectar orgasmos fingidos y he utilizado la excusa del amor a primera vista para tener una justificación para coger. Que el sexo entre tres no me asombra y el de cuatro me aburre. Que he sido sangrón, incorregible, básico y maniático. Que poseo un alto kilometraje y que a estas alturas no como de carreta.

Que mientras en las relaciones existe el fuego, yo aprendí a jugar con el. Que me he quemado y que tengo cicatrices, pero que aprendí a echarme cicatricure en el alma y en el corazón. Que cuando he escrito del amor, siempre lo hago en pasado por el dolor que me causa. Y no en el presente de la felicidad que me produce. Que he escrito sobre sexo, mío, de los demás de mis imaginarios, de lo que leo… de lo que me invento. Pero que de amor poco, por que hay un momento de la vida que lo sientes, pero jamás tienen la certeza que lo sienten por ti.

Además confieso que mientras vivía con mi madre estaba completamente seguro que cuando tuviera un lugar propio, formalizaría una relación, amanecería tres de los siete días de la semana arrunchado y tendría la oportunidad de ver películas los domingos abrazado a una persona que me hiciera temblar las piernas y no a una bolsa de chucherías q me hacen ver sangre en el gimnasio. Casi luego de dos años de mi grito de independencia me he dado cuenta que no he cumplido con ni mierda.

Estoy seguro que después de este post, la tarea para que alguien se embarque en esta nave va a ser mas difícil. Como sea, es mejor ser honestos y abrir las cartas de entrada a llevarse tantas desagradables sorpresitas para después, pero estoy seguro que con todo lo que he vivido, estoy listo para seguir caminando, por que empezar desde cero significa borrar todo lo que ya he aprendido.

Hoy decidí dejar de intentar sorprender a mi destino, y me sentare placido en mi lado tibio de la cama, a esperar que él mismo destino me sorprenda.

Post a Comment