DESPUÉS NO VENGA A QUEJARSE.



Ayer mientas hacíamos programa, abrimos micrófonos a los oyentes para hacer una especie de match en vivo  y así encontrar una pareja para ir al festival de música que estamos organizando. Es decir les dábamos las entradas y hasta la compañía.

Para mí este match es sumamente trascendente; porque no es como ir a un café que uno se puede sorber en cinco minutos el capuchino a riesgo de quemarse y luego inventarse una excusa para huir de una mala cita. 

No, aquí es decidir con quien ir a un concierto o un festival una experiencia que puede ser uno de los recuerdos que pueden marcar tu vida. Serán ocho horas sin contar la fila, en las cuales se tiene que compartir con la excusa de ver a un artista

Esta puede ser una muy buena experiencia, como cabe la posibilidad que sea una muy mala. Si su pareja resulta ser un pendejo. Que por ejemplo, que tal que cuando vaya a sonar la canción que estabas esperando, el pendejo con el que fue al concierto le diga que quiere ir ya al baño y que lo acompañe. Algo peor que eso, que comience a criticar el espectáculo.

En conclusión, no es una decisión que al menos yo tomaría a la ligera. Y si me viera en esa situación, de conseguir entradas y de paso pareja para asistir al evento, al menos intentaría hacer preguntas que me fueran útiles en su momento.

Le dimos la oportunidad a una oyente. 

La primera pregunta que hizo fue: "De que equipo eres hincha" me perdí claramente con el enfoque de la pregunta teniendo claro que el evento es un concierto, no un partido.

La cosa segunda cosa que le dijo a su potencial pareja fue: Cuénteme un chiste. 

No se imaginan la cara que puse. En que situación uno le dice a alguien ¿Cuénteme un chiste? A no ser que esté participando en un show de humor.

Fue ahí donde me di cuenta que el gran fracaso de muchas de las relaciones son las preguntas desacertadas en las primeras citas. Porque siento que hay preguntas que si resultan útiles y hasta prácticas al momento de al menos irse a pasar ocho horas en un concierto.

Entonces me surgieron tres preguntas que yo haría (entre otras muchas claramente) como para hacerme al menos una idea borrosa de quien tengo al frente y decidir si iría o no con una persona a un concierto. 

¿Qué artista del festival es el que menos le gusta?
Una forma fácil de saber si me van a decir que quieren ir al baño en mitad de mi cancón favorita.

¿Cuál fue al último concierto que fue?
Así se sabe si tengo que lidiar con alguien grupie que se quiere poner las piezas dentales en la tarima a los pies del artista o es alguien que sabe que una distancia respetuosa de la tarima es la mejor manera de disfrutar de un concierto.

¿Pasa por mi o nos vemos allá?
Saber si tiene carro.

Pero si la situación no es la del concierto, hay dos cosas que me gusta conocer de alguien que a todas luces me puede dar una identidad más clara de la persona.

La primera es ver sus fotos de adolescente. 

Por estadística si en la adolescencia fue una persona agraciada, líder o popular es una persona que creció sabiendo lo que tiene y puede resultar arrogante. 

Pero sin en cambio fue tirando maluquit@ y con opción de mejora, es momento de sentirse a salvo porque todos los feos tenemos dentro un agradecido.

La segunda es cuantos años tenía cuando tuvo sexo por primera vez. Si folló tarde y fue fe@ en la adolescencia quédate ahí. Estás a salvo, a parte de agradecido está claro que tiene millas acumuladas.

De nada.
mtw

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