DESTERRADO DE LA BLOGOSFERA





Por circunstancias de auto superación personal decidí darle un poco de aire a mi vida y limitar mis pinches adicciones. Superé las relaciones tóxicas que incluían dramas, engaños, sexo mediocre y básico, chismes en altísimas proporciones y ponerle caso a mi décimo sentido que entre otras cosas pone en riesgo mi sistema nervioso y digestivo.

Además he dado un avance significativo con la disminución casi en un 95% de cigarrillo en mi vida común y silvestre. Otra era de dejar de lado unas semanas mi cuestionada por muchos y encantada por otros vida virtual. Y lo hice solo por una situación de seguridad personal, no por los detractores de mi blog o mi twitter.

De hecho si por mi fuera le mandaría a ellos cada pedo que me tiro a su correo electrónico o al muro de sus cuentas en Facebook para que sigan chascando mierda cada vez que saben algo de mi. Pero requeriría mucho tiempo, y a la gente que no lo merece no se lo gasto.

En fin quiero contarles que estoy viviendo ese tipo de momentos en la vida que todos los seres humanos debemos pasar algunos antes, otros un tanto después. Pero creo que yo lo estoy viviendo en el preciso momento de mi vida que me correspondía. Se llama sentar cabeza.

Si muchos pensaron que voy a ser papá, se equivocaron. O no del todo, de hecho me estoy convirtiendo en el acudiente de mi mismo. Llevo dos semanas descubriendo como se prenden los fogones de mi apartamento (Hasta hace un mes un tema desconocido para mi). Visitando supermercados y abastos para debatir los precios de la canasta familiar con otros compradores. Aprendí a quitarle el hueso a las pechugas y estoy en el proceso de aprender a planchar, gracias a un obsequio de fina coquetería que tuvo mi madre y mi tía para conmigo, mi calidad de vida y mi presentación personal.

Les cuento que estoy también convirtiéndome en un tipo responsable de esos que van a los bancos a pagar cuentas, de los que se están preocupando por su vida crediticia y que tiene perfectamente claro donde se sacan los pasados judiciales, los certificados de libertad y tradición y que reúnen los documentos necesarios para hacer cualquier cantidad de cabronadas que le toca aprender a uno para poder ser un ciudadano paga impuestos en un país hecho para las filas.

En resumidas cuentas, ya no me reconozco. Según me indicaron mi economía podría mejorar si dejo de visitar restaurantes a diario y cocino mas en casa. Si dejo de antojarme de comprarme uno que otro bóxer cada quince días o si me olvido por un ratico de esos geniales antojos gastronómicos que sufría cada vez que entro a un supermercado.

También le compre pilas a mi despertador escandaloso para dejar un tanto de alimentar las familias de los taxistas de los bumangueses, y a coordinar los días de lavadora con los días de arreglo al apartamento.

En fin. si no estoy muy virtual por estos días no piensen que me morí, solo piensen que estoy siendo mas adulto que en términos de vagancia y ocio es un poco peor.

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