MI MUERTE RETORICA


The Wolf by Fever Ray on Grooveshark




Todo fue tan rápido y confuso. Derrepente sentí como con toda su furia y sus salvajes fauces me atacaron, y como con todo su ímpetu licántropo me desgarro el alma y el corazón de tal manera que las heridas quedaran tan profundas que no tuviera manera de sanar en mucho tiempo y con facilidad.

No tuve manera de defenderme, finalmente nunca hubiera podido atacarle aunque muchas veces mi instinto me indico que posiblemente si no lo hacia yo primero seguramente terminaría muy mal. Mientras me revolcaba en el suelo de este mortal ataque, dio media vuelta sin remordimiento y se desapareció entre la oscuridad. Vi como mis amigos me miraban con cara de pesar y algunos de culpabilidad buscando de manera desesperada contener el veneno que finalmente para alguien como yo era mas que letal.

Vi como cada cosa que había conseguido perdía sentido y como se desplomaba a pedacitos. También note entre mi dolor y gritos de desesperación como muchos otros fingían compresión y al dar la espalda sonreían de satisfacción de verme en tal situación. El dolor era intenso. Sentía como cada pedacito de mi hervía hasta quemarse. Y como cada recuerdo agudizaba el padecimiento que solo yo podía sentir

Con las ultimas fuerzas que me quedaban intente gritar lo mas fuerte posible, intente arrastrarme hasta donde mi verdugo solo para que me mirara a los ojos y me dijera por que lo había hecho y si todo era real. Pero la herida era mortal y mi homicida no tenia ni una pizca de remordimiento. Mi cama se convirtió nuevamente en mi frio ataúd que durante los siguientes tres días era el mejor mirador para ver como nuestros sueños se esfumaron mientras poco a poco se acababa el aire en aquel lugar

Perdí la noción del tiempo, del espacio, de la vida misma. Intente llegar a mi ultima hora de la manera mas digna posible en la que podría morir un ser que de por si ya había estaba muerto, repase los recuerdos una y otra vez, los sueños y sus huellas hasta que finalmente lleno de heridas, sangrante y con los ojos inundados de lagrimas. Ahí, sobre la misma cama en la que muchas veces fuimos cómplices. Nuevamente volví a morir. Perdido y solo en la oscuridad

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