Difícilmente podemos
coexistir en el mismo espacio, de hecho creo que este articulo poco sexy y muy
incomodo esta sobrevaluado
Tengo un habito muy
calentano y bastante criticado por muchas personas que me conocen, para algunos
muy peligroso, poco higiénico y malísimo para la salud. Pero amo caminar
descalzo.
No puedo evitarlo, aun
siendo fan de estar subido en un par de tenis con suela supersónica al mejor
estilo de volver al futuro, me encanta la sensación de frio del piso y sentir
que mis deditos en cualquier momento se me pueden caer de lo congelados que
quedan cuando voy de aquí para acá en una ciudad como Bogotá.
Mi madre que era un
poco obsesiva con el tema me decía que un día de estos iba a pisar un vidrio y
me volaría un dedo… así se me quitaría la mala costumbre de andar como un
limosnero a pata pela’
Pero eso de tener un
pedazo de cordón, plástico o el material que sea entre los dedos, se me hace
una tortura creada por el mismo que invento las ampollas y las curitas. Que
cosa tan dolorosa y aparte de todo, se supone que uno debe caminar cómodamente
con eso puesto.
Además supongo que es
mi placer por llevar la contraria, luego de vivir gran parte de mi infancia con
zapatos ortopédicos al mejor estilo de German Monster, lo mínimo que podría
hacer era lucir este maravilloso candado que tanta lagrimas en mi infancia me
saco.
Publicar un comentario