HAY PERSONAS QUE TE GUSTAN TANTO, QUE TE INTIMIDAN.




A mi es sagrado que me pasa. Recuerdo cuando estaba en el colegio, me encantaba una flaquita insípida, lo cual no era en lo absoluto original porque le gustaba a todo el colegio; luego una vieja divina de la universidad que era la cosa mas hermosa que había visto en mi vida (En aquel entonces) y en las ultimas fechas sin contar a mi ex que me encantaba hasta peleando y una cosita linda con quien salí un par de semanas pero que no sabia que yo sabia que tenia novio. Debo confesarles que la semana pasada en el trabajo se me apareció la mamá de mis hijos.


Cabe mencionar que ese día tenía mucha flojera de ir a trabajar sobre todo por que tuve un día HORRIBLE, comenzando con la maratónica batalla de arreglar un apartamento destrozado por mi descuido, dos horas viéndole la nuca a la gente en una fila entre bancos, cajas y cajeros que atentaron violentamente contra lo que me quedaba de presupuesto (no pregunten), una correteada demencial entre la lluvia por conseguir un taxi y una maluquera rarísima en todo el cuerpo que incluía una sudoración rara e incomoda.


Total que cuando llegué al trabajo con mi cara de calibre treinta y ocho para evitar algún comentario, broma o regaño, pase directo al camerino, hable un par de cosas con mis compañeros y paso lo inesperado. Mire el reflejo en el espejo y ahí estaba justo detrás de mi. Me lanzo una de esas miradas que a uno le dejan muy claro muchas cosas (No me pregunten que cosas por que no las entendí en ese momento y aun tampoco lo entiendo) el caso fue que me sentí como adolescente puesto en un examen de cálculo avanzado nivel superdotado. Creo que en ese instante perdí mi capacidad de hilar alguna frase compuesta por sujeto y predicado. Es mas creo que ni hablé.

Duro quince segundos en el camerino, luego salió. Pero en esos segundos tuve tiempo suficiente para pensar en como nos divertiríamos en la fiesta de fin de año, como serian nuestras vacaciones juntos y el nombre que le pondríamos a nuestros hijos. Y aquí esta la moraleja de esta historia de viernes mis pequeños saltamontes, muy a pesar de los años, el kilometraje, las experiencias vividas, siempre habrá alguien que todavía le de la vuelta a uno, lo deje sin palabras, sin aliento, con la mente en otra parte y sin siquiera saber su nombre.

No entremos en el tema de superación personal, de cómo todos podemos mejorar nuestras inseguridades, de cómo la bestia se levanto a la bella, o de cómo esta soltería lo pone a uno a soñar despierto... iack que asco.

En realidad mi error fue pensar en ella como "persona". (Ja. Soy joven, todavía tengo mucho que aprender). Como sea ya la busque en Google, se como se llama ella, su novio y se perfectamente lo que a mi me dio en ese momento en el camerino: Estupidez consecuencia de intimidación inesperada. Nos leemos al rato. Bye.

Mat.

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