Nunca les ha pasado que su procesador de texto guarda de
manera automática lo que con toda seguridad no va a necesitar? Pero si es algo
vital para su trabajo o su vida y se borrará automáticamente y jamás aparecerá
por los siglos de los siglos amén?
Eso no me pasa a mí con la memoria afortunadamente.
Creo que no tengo
muchos dones, pero si una memoria de esas raras, cuando percibo ciertos sonidos,
cosas, olores o sabores me traslado inmediatamente a esos momentos.
Por ejemplo les puedo decir exactamente a que sabían los "Boliquesos" que me llevaba mi abuelo en las mañanas los fines de semana. Eran como a los "Cheesetris" pero redonditos y más grandes que un "Gudis" otras de las chucherías que le gustaba regalarme
Nunca les había contado en tantos años escribiendo en
este blog, tuve un abuelo y creo que fué increible. Es más tengo más gratos recuerdos de él que los recuerdos
que tengo de mi padre
José siempre se vestía de café (O eso recuerdo) y usaba
sombrero. Cuando me visitaba los fines
de semana y el clima no estaba gris me sacaba al andén del frente para
"asolearme" porque desde niño
tuve este miedoso pálido en la piel. O si no, me llevaba a su casa
grande donde había un solar grande con palomas, un gato negro y blanco que nunca se
dejaba agarrar y una tienda llena de dulces toda para mí. Allí también vivía mi
abuela y dos de mis cuatro tías pero ellas no eran tan divertidas como mi abuelo y el
gato.
Mi abuelo olía a
algo en particular que nunca más volví a oler,
recuerdo mucho su aroma porque si el día estaba nublado, muchas veces se sentaba a mi lado viendo los Súper Amigos que era mis dibujos animados favoritos y
obvio debo confesarles que yo me concentraba cuando salían los Gemelos Fantásticos. Quizás porque me parecían los más increibles de toda la liga de la
justicia. (Convertirse en lo que ellos quisieran, puff! brujeria pura!)
Pero mi abuelo me obligó a ver otro tipo de televisión.
Es más, supongo que él fue la primera persona que puso frente a mis ojos de manera inconciente un
"presentador de televisión"
porque se sentaba a ver "El mundo al Vuelo" y para él era importante que así como a él le tocaba
"patearse" mis súper amigos, yo tuviera que verme al señor Héctor Mora pasearse por
todas partes todo el mundo.
Supongo que ahí entendí que no podía vivir nadie dentro
del televisor, si Héctor Mora estaba en la Cochinchina: Por qué el televisor
seguía ahí, conmigo al frente mientras me comía una bolsita con boliquesos y
balanceaba mis pies con unos zapatos color crema que me había regalado el
señor de cabello castaño y ojos miel que se sentaba siempre a mi lado?
No, la gente no vivía
dentro del televisor, para estar dentro de esa caja, la gente tiene que ser
especial como los Gemelos Fantásticos. Tiene que tener magia. Eso pensaba y algunas veces aún lo pienso
Quieren tener la continuación de la historia? Déjenmelo saber
en los comentarios
Good Luck
Matt
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