LA MALICIA INDIGENA COLOMBIANA



Los latinoamericanos tenemos alma de sobrevivientes, y los colombianos nos llevamos una medallita en el podio, porque lo que nos ha tocado enfrentar históricamente no ha sido fácil. Y eso ha hecho que desarrollemos ciertas cualidades que no tienen los gringos o los nativos del primer mundo.

Nosotros tenemos lo que llamamos "malicia indígena".

Les pongo un ejemplo bien sencillo. Imaginemos a un gringo en un callejón oscuro a las tres de la mañana. ¿Y qué hace? ¡Saca el celular y empieza a llamar mientras busca la ruta de regreso a casa! ¡Mala idea, amigo!

¿Y qué hace un colombiano en la misma situación? ¡Se mete el celular en la ropa interior y hasta corre todo para evitar que lo roben! De pronto se puede meter una piedra en el bolsillo, o algo con qué defenderse por si las moscas. Porque ya saben, nosotros los colombianos tenemos un séptimo sentido de paranoia que nos ha ayudado a sobrevivir en las situaciones más complicadas.

La malicia indígena nos ha llevado lejos. Si a un colombiano le dan un pepino, dos palillos y una antena de carro robada, ¡les hace una radio! ¿Unos binoculares? ¡Se monta un bar discoteca con música incluida! ¿Viene el papa? ¡Hace un festivo! Y con el salario mínimo puede hacer maravillas. Paga arriendo, hace mercado para cinco bocas, transporte, ¡y todavía le queda para las frutas!

Si llegáramos a enfrentarnos a un Apocalipsis zombi, donde los muertos se levantan de sus tumbas y tienen gusto particular por los sesos, un colombiano piensa en grande y monta un puesto de menudencias frente al cementerio. ¡Vuelve a los zombis sus socios!

Si el Apocalipsis tiene que ver con el derretimiento de los glaciales y un diluvio, el gringo se pone un equipo de supervivencia y se lanza en una travesía épica. ¡Pero el colombiano se pone en modo Melgar y comienza a vender flotadores y sombrillas a diestra y siniestra! Es que no más miren la pandemia, montaron tantos negocios de tapabocas que hoy en día, tres años después de levantada la obligatoriedad del tapabocas, aún hay puestos donde los venden de colores y menudiados.

¿Por qué creen que frente a las iglesias siempre hay un puesto de venta de escapularios, biblias y sahumerios? Y en la misma vitrina hay esencias, baños y jabones que prometen ser mágicos. Porque un colombiano no se vara y la malicia indígena le da para sobrevivir gracias al que cree y también al que no cree.

Así que a mí no me extraña que cuando llegue el Apocalipsis, los mayores sobrevivientes serán colombianos. Porque un colombiano siempre encuentra la manera de sobrevivir y salir adelante gracias a un don superior que todos llamamos con cariño: Malicia Indígena.

Mat

Post a Comment