Que me dice usted ahora de los árbitros. Estos si que me dan más pecado, vestidos como el jugador del otro color, que corre todo el partido detrás de la pelota pero no se la dejan tocar nunca, tienen que tener el pito en la boca y tienen la mamita de caucho. Es más sea cual sea al equipo al que le vaya no puede celabrar un gol.
Me angustia el fútbol por los hinchas que estan viendo el partido desde sus casa. Frente a una pantalla que no es interactiva, que por más que griten al televisor los jugadores no le van a escuchar sus indicaciones. Me angustia la gritería de doble sentido. Porque nadie ve un partido de la selección que le gusta y grita pintorescamente caspita! Recorcholis! Sambomba! Wow! No, las exclamaciones son un poco mas fuertes y hasta sexuales como el Metalo!, Huy casi!, Ahi tiene el hueco! o el sáquela sáquela!
Pero lo que más angustia me genera es saber la plata que mueve el negocio. Porque no crea papito, por algo es uno de los deportes más populares. La cantidad de ceros que tienen las compras de los jugadores, de los partidos, las entradas en boleterías, hasta las pinches camisetas son un negocio del que todos hacemos parte. Solo que unos somos los pendejos que ganamos solo emociones, y los otros son los que las cobran.
Con este panorama claro, hay una sola angustia que no me genera el fútbol. Si algún día tengo un hijo o hija y me dice que quiere ser futbolista. Si eso pasa a la semana siguiente le compro guayos y lo mando a la cancha porque como son las cosas de la vida un gran futbolista gana más que profesor, un médico y hasta que un presidente y entre el presidente y el futbolista al último le arrean menos la madre.
mtw
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