EDITORIAL: REGALOS DE NAVIDAD EN TIEMPOS DE PANDEMIA


Ningún
 meme lo pudo decir mejor: Esto ya huele a navidad y si no huele... vaya a hacerse la prueba de covid bebé, porque algo no anda bien.

Con esta nueva realidad me puse a pensar sin el ánimo de ofender sus creencias religiosas navideñas: ¿Qué espero de esta particular navidad?  

El año pasado fácilmente cualquiera podía contestar reencontrarme con los amigos, pegarme uno o varios perrones donde pueda para sobrevivir al guayabo que con seguridad serán acumulados. Bailar con las tías, las vecinas y las desconocidas en cuanta fiesta le propongan. 

También podía pensar en verificar que familiar iba a celebrar bautizo o quince años o quien se iba a casar para acompañarlos en la celebración. Quizá hacerme un recorrido express por mi facebook para ver en que novenas me podía agendar para hacerme un recorrido por mi grupo de amigos catando buñuelos y natillas. 

Pero la realidad es otra y nada de eso está en mis planes

Ahora para mí en esta navidad están dos cosas en mente: Que mi familia y la gente que amo esté bien, y que los regalos de navidad este año si llegan, no sean inútles.

Es decir, con lo que esta pasando en el mundo si es muy de malas que le regalen unos tiquetes con fecha definida como regalo, teniendo en cuenta que los destinos pueden cerrar en cualquier momento y si están abiertos... están llenos hasta las puertas. Aplíquese también para conciertos o cruceros por el caribe.

Por estas fechas uno comienza a ver otro tipo de regalos como más interesantes y si no mas útiles para esta nueva realidad. Permitame le hago una lista para que se le haga la boca agua. 

Como le suena usted una docena de tapabocas? Bien bonitos, comodos, combinables y agradecidos (No de los que se lavan y quedan hechos mierda). Es un detalla que uno en este momento de la vida valoraría demasiado. 

Y ya que entré al terreno de lo ñoño, hábleme usted de una sudadera calientita para estar en la casa a juego con unas pantuflas super comodas para esas largas jornadas de teletrabajo? A nadie se le ocurriría que un buen regalo sería un cojín. Hoy es más que necesario luego de saber bien que es estar más de 8 horas sentado en una silla de comedor frente a un computador. Un cojín es tremendo detalle. Tomen nota.

Es una belleza a estas alturas que le digan a estas alturas que le regalen un litro de aguardiente, pero también un litro de jabón antibacterial o un litro de desinfectante. Que placer señores. Que bonito un tapete para la entrada de la casa, de esos que sirven no que funcionan como dummie, una caja desinfectante para el celular, una chaqueta antifluidos. Dios, poesía pura.

¿Se quiere ir de regalado? Regáleme una cuantas pruebas Covid para usarlas en cualquier momento con resultado en 24 horas. No se imaginan cómo haría feliz a alguien como yo que todavía depende de una porquería de EPS. Hágame llegar una silla reclinable, regale una aspiradora robot y si es trapeadora mejor, sea detallista que se vea caer con un computador que no se recaliente o un celular que le aguante la bateria las horas que usted va a permanecer frente a una pantalla haciendo tele trabajo o mirando la vida perfecta de los demás.

Si le va a dar un regalo a una mujer, no le de labiales, que esos tapabocas les han enseñado a maquillarse de la nariz para arriba. Tampoco aretes grandes que ya sus orejas ya están lo suficientemente incomodas para ponerles más perendengues. 

Es que los regalos dejaron de ser ideales y pasaron al olvido siendo desplazados por otros que efectivamente ahora nos resultan más útiles. 

Por ejemplo, antes nadie quería irse a una isla desierta en soledad, ahora todos lo vemos como otra cosa, con tal de no estar en peligro de contagiarnos dígame si no es una gran idea playa, brisa, sol, mar y nadie cerca para no tener que usar tapabocas

Por más regalos útiles en pandemia
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